REFLEXIONES DE MICHIGAMI SHI-HAN


NAGE NO KATA


El Nage No Kata, contiene "las formas de proyecciones" destinadas a lanzar al uke al Tatami.

En este Kata podemos constatar que cada movimiento puede descomponerse en tres fases, la realización acarrea una secuencia continua, en la búsqueda de un sincronismo perfecto.

La primera de estas fases, se llama KUZUSHI, es la condición sin la cual no se puede realizar el movimiento, la búsqueda del momento preciso en el cual el compañero desplazándose cambia su propio equilibrio, se pone inestable y nos permite, por consiguiente deslizarlo en el sentido que nos interesa. No existe movimiento posible contra un adversario perfectamente equilibrado.

 


El Judo es la acción sobre el desequilibrio y no la fuerza física.

La segunda fase, es el movimiento propiamente dicho, la aplicación de la técnica sobre el desequilibrio del Uke, es llamado TSUKURI, que quiere decir, componer, construir el movimiento (acomodación).


Una vez construido el movimiento, la tercera fase concluye la técnica, eso se llama KAKE, es la proyección final, la destrucción de la resistencia del compañero.

No basta que caiga el Uke, se necesita que lo haga de forma que pueda levantarse, en una competición real, un KAKE correcto significa el fin del combate.


En el Kata, no hay adversario, pero si "colaborador" que trabaja por un mismo resultado, en una perfecta armonía.

Al final se materializa el Kata, donde los dos protagonistas pierden su personalidad real, su identidad como individuo para sublimar su acción en un mismo principio, el de la eficacia máxima con un mínimo esfuerzo.

Tori aplica la lógica de este principio y Uke lo hace posible y necesario. La sinceridad absoluta de los Judokas y su unión es fundamental en esta realización.

El Judo también es FILOSOFIA y los KATAS en los cuales no se ha dejado a la suerte, la sintetiza de forma admirable.

Escribe tus comentarios a: judo@udea.edu.co